Érase una vez una niña que todas las noches, antes de acostarse, se volvía pequeña pequeña.
— Mamá — decía —, soy una hormiga.
Y su mamá comprendía que era la hora de acostarla.
La niña se despertaba a la salida del sol, pero todavía continuaba siendo pequeñísima; cabía toda ella en la almohada y todavía sobraba un trozo.
— Levántate — le decía su mamá.
— No puedo — respondía la niña —, no puedo, todavía soy demasiado pequeña. Ahora soy como una mariposa. Espera que crezca un poco más.
Y al cabo de un rato exclamaba:
— Bueno, ya he crecido.
Y dando un chillido, saltaba de la cama y empezaba el nuevo día
Este cuento pertenece a la colección
Cuentos por teléfono, de Gianni Rodari
Cuentos por teléfono, de Gianni Rodari
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