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martes, 20 de marzo de 2012

UN DÍA DE LLUVIA


Este libro de la ilustradora colombiana Claudia Rueda es una muestra clara de la tendencia actual en la literatura para niños a llevar algún rasgo propio del discurso literario a la categoría de procedimiento estructural, lo cual convierte claramente al relato en una narración metaficcional. En este caso se trata de la intertextualidad.
De un modo sugerente y sutil, el procedimiento aparece en ciertas similitudes entre el episodio de la vida de Ana que se narra y el cuento de Cenicienta: Ana es dejada sola en casa una noche en la que sus padres y sus dos hermanas van a un baile, con el pretexto de que es pequeña, El tratamiento burlón de sus hermanas recuerda a las hermanastras de Cenicienta y el sentimiento de soledad y pérdida es bastante parecido. También en el final la sugerencia es clara: Ana reacciona ante las campanadas del reloj, a las doce de la noche y, cuando corre a zambullirse en su cama, pues sus padres están llegando de regreso, pierde una zapatilla en la escalera.
Pero, enmarcado en estos dos sucesos inicial y final, está el desarrollo de la historia, que consiste en la persecución por parte de Ana de su gato Emilio quien, a su vez, persigue a un ratón. Así llegan al sótano, sitio prohibido para Ana. Allí descubre muchos libros

“Y entre los libros comenzó a encontrar…”

(Tal vez debería leerse “En los libros…”, ya que se muestra a la niña mirando las páginas de uno de ellos). Lo que sigue es una enumeración de objetos, personajes y acciones encontrados, que no son otra cosa que referencias a cuentos clásicos:
1 zapatilla de cristal
2 niños perdidos con un trozo de pan
3 cochinitos huyendo del lobo
4 músicos trepados unos sobre otros
5 frijoles a cambio de una vaca
6 pasteles para la abuela
7 enanos
8 patitos lindos
9 soldaditos de plomo
10 colchones sobre un guisante
La ambigüedad de alguno de estos enunciados se despeja a partir de los dibujos que acompañan a cada uno en la página enfrentada. Así por ejemplo, a “9 soldaditos de plomo” le corresponde una imagen de 9 soldaditos alineados en una estantería, el último de los cuales tiene una sola pierna, como el personaje del cuento de Andersen. A “6 pastelitos para la abuela” le corresponde una imagen de Caperucita llevando los pasteles en una canasta y del Lobo, espiando entre los libros. Sin embargo, las alusiones juegan con la connotación, pues no se dice “Hanser y Gretel”, sino solamente “dos niños perdidos con un trozo de pan”. No se habla de “El Patito Feo”, sino de “ocho patitos lindos” y sólo se incorpora el protagonista del cuento de Andersen en la imagen.
El texto verbal resulta, pues, muy sencillo y despojado; su sentido se enriquece mediante la imagen, con lo que se cumple otra regla de la actual literatura para niños, la del álbum, modalidad que la tendencia actual ha puesto de moda y que consiste en articular un relato mixto integrado por palabras e imágenes, procurando que unas y otras resulten por sí mismas insuficientes para construir el plano semántico con un sentido más o menos completo, lo cual, en cambio, sí se logra mediante la conjunción de ambos lenguajes.
El libro parece demasiado sencillo a primera vista, a no ser que se valoren adecuadamente las referencias a los clásicos. Los lectores sólo pueden completar el sentido si conocen previamente los diez cuentos aludidos por la enumeración y las imágenes, o por lo menos unos cuantos, lo cual es poco probable en el caso de muchos lectores infantiles. Sin embargo esto no descalifica al libro como lectura válida para cualquiera: el volumen puede resultar una herramienta válida para desarrollar la lectura de los niños. Basta con que descubran alguno de los cuentos que conocen en la alusión que de él se hace, para que deduzca que en los demás casos también se trata de cuentos. La invitación a su lectura está implícita y sólo será necesaria, tal vez, la intervención del adulto para orientar al pequeño hacia esos otros relatos, sus títulos y sus autores.
En síntesis, un libro encrucijada en el camino lector de los pequeños.

sábado, 10 de abril de 2010

EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS

Boyne, John
El niño con el pijama de rayas
Barcelona, Salamandra, 2008


EL editor sugiere que este libro “no es sólo para adultos, también lo pueden leer, y sería recomendable que lo hicieran, niños a partir de los trece años de edad”. Nos parece que ese límite es relativo y habría que tomarlo con cierta libertad, pues se trata de una obra de lectura fácil y, aunque constituye una novela de 217 páginas, cuenta con una tipografía bastante grande y está dividida en capítulos relativamente cortos, pero sobre todo, porque el punto de vista coincide con el del protagonista, un niño de nueve años inmerso en un mundo de adultos que no comprende plenamente. El lector simpatiza rápidamente con el personaje y pronto se hace cargo de la crítica implícita que derivan de sus intentos por vivir ese mundo desde su inocencia infantil, por comprenderlo, infructuosamente, por adueñarse de una realidad que se le escapa de las manos irremediablemente.
Narrada desde la simplicidad de la visión infantil, mediante un vocabulario sencillo y aun defectuoso, instala casi desde el inicio un contrapunto entre perversión e inocencia, discriminación y solidaridad, crueldad y bondad, dominación y amistad, exterminio y deseo de vida, que se resolverá en un final literariamente perfecto y humanamente perturbador. Tal vez lo más interesante de la novela sea la permanente doble lectura que instala en un delicado equilibrio: la denotativa de la aventura infantil y la connotativa que el lector puede aportar desde el amplio conocimiento cultural disponible en las sociedades occidentales, especialmente a través del cine, la televisión, la novela, y tantas otras formas de relato, que han abordado uno de los períodos más siniestros de la historia de la humanidad.
No diremos más sobre El niño con el pijama de rayas, porque intentamos respetar la idea del editor de que “explicar esta novela estropearía la experiencia de la lectura. Creemos que es importante empezar esta novela sin saber de qué trata”. Sin embargo alentamos su lectura.
Tal vez no necesita de nuestra colaboración para conquistar lectores una obra que tuvo su primera edición en 2007 y su 22ª edición en 2008.

Su autor, John Boyne, irlandés de Dublin, de 39 años, cuenta con cuatro títulos anteriores, The Thief of Time, The Congress of Rough Riders, Crippen y Next of Kin, y uno posterior publicado también por Salamandra: Motín en la Bounty; pero El niño… ha sido indudablemente su consagración, traducida a treinta y cuatro idiomas, primer puesto en la lista de libros más vendido en 66 semanas y con numerosos premios. Recientemente, Mark Herman dirigió la versión cinematográfica realizada por el sello Miramax.


Oscar Caamaño

martes, 23 de marzo de 2010

REGALANDO LECTURAS. Sobre Las brujas de Roald Dahl.


Tengo una amiga que sostiene que los textos que uno quiere, los que lo impactan, hay que regalarlos a otro, no sólo como un obsequio, sino como una invitación a leerlos.Esto me pasó con alguien que comparte conmigo muchas inquietudes y pasiones en el terreno de la Literatura.
Me dio para leer una novela de Roald Dahl: Las brujas.
Yo estaba en un período de escasa lectura de ficción. Muy cansada por cuestiones ligadas a la profesión (con mucha bibliografía entre manos... otro tipo -apasionante también- de lectura). Pero esta novela me atrapó de inmediato, y me costaba dejarla para hacer otras cosas.¿Qué me sucedió al leerla? Tal vez, el encuentro con dos seres entrañables: un niño de siete años que acababa de perder a sus padres en un accidente, y una abuela amorosamente realista, por un lado, y tenazmente imaginativa, por otro. Alguien que admite que existen lasbrujas, que es capaz de creer que se las debe combatir porque exterminan a los niños...que no teme a las aventuras, pero tampoco a la muerte de familiares directos y a cómo afrontarla con ese pequeño que toma a su cargo. Un tanto transgresora en su forma de ver la viday de llevarla adelante -no aboga por el baño diario- entiende las inquietudes y deseos de su nieto. Está dispuesta a contarle historias, allí, en su Noruega natal, pero no duda en trasladarse a Inglaterra porque ése ha sido el deseo de los padres del niño, que se críe en esas tierras.Esta abuela que no se horroriza, y aún acompaña al niño transformado en ratón. Que lo hace sentirse humano a pesar de la mutación (culpa de las Brujas, por supuesto). Y que, desde esasituación, aborda con él el problema de su futura muerte y la del propio pequeño, como un hecho natural, que forma parte de la existencia.
Ella podrá treparse a los árboles altos "para recoger huevos del pájaro gruñón" en la lucha contra las brujas del mundo, y así acompañar a su nieto en esa empresa (quizás, como una metáfora de la vida).
Siempre están presentes en los dos personajes el gozo por vivir, el cariño y el deseo de penetrar en el misterio (en contraste con la familia de Bruno Jenkins). Como dice Proust, sentí pena al terminar esta novela. me había adentrado en ese mundo hecho de palabras que es la ficción. Navegaba cómoda y contenida en él, pero, debí volver a la cotidianeidad, claro que distinta, con otras experiencias, tal como sucede cuando unoaccede a una buena obra de Literatura.
¿Quién querrá tomar la posta y leerla?

María Cristina Pepe
NOTA: Roald Dahl (1916- 1990) escritor inglés, de ascendencia noruega.
Marcel Proust (1871- 1922) escritor francés.
María Cristina Pepe nació en Santa Fe el 27 de octubre de 1947. Ávida lectora desde su infancia, profesora en Letras egresada de la Universidad Católica de Santa Fe, ha desarrollado una extensa carrera docente en Escuelas de Enseñanza Media, en la Universidad y en Institutos Superiores, especializándose en Literatura y en lectura y escritura a través de la investigación y la cátedra. Paralelamente ha desarrollado una extensa actividad artística en títeres, como integrante de El Retablo de las Maravillas. Es programadora artística de El Retablo, institución en la cual coordina un Taller de Lectura para jóvenes y adultos.
Su poesía ha sido publicada en periódicos de Santa Fe y en antologías colectivas. En el año
2000 apareció Algo que decir, su primer libro de poemas, que también ha sido editado en la Biblioteca electrónica de Studio 4D Podcasts 1, así como partes de su segundo poemario Como un cielo indeciso. También pueden leerse algunos de sus poemas en la publicación virtual Isla Negra, Casa de Poesía y Literatura 2.
http://isla_negra.zoomblog.com
Cuenta , además, con publicaciones de su quehacer teórico en revistas especializadas.
Actualmente tiene un programa radial en Studio 4D titulado Miradas desde y con la literatura.
http://www.studio4dny.com/

viernes, 6 de marzo de 2009

LA ISLA DEL TESORO y la cuestión de las adaptaciones


Hoy día, y desde hace mucho tiempo, la adaptación de los clásicos, es una práctica habitual por parte de las editoriales. Si bien lo deseable es que las nuevas generaciones lean en algún momento los clásicos, comenzando por los dedicados a la infancia o consagrados por ella, como los propios de la adolescencia y la juventud, las adaptaciones son una forma de acercamiento a esas obras maestras que constituyen núcleos significativos del imaginario cultural de occidente. Se supone que de este modo el niño o el joven puede tener una idea acerca de esa literatura y que, tal vez, más adelante se decida a buscar el texto original. Sin embargo, no nos engañemos pensando en que se trata sólo de una estrategia de animación lectora, puesto que, la mayor parte de las veces, no se aclara que se trata de una adaptación, y el lector desprevenido e ingenuo, cree haber leído la obra original. (1)

Este tipo de producción es, entonces, un arma de doble filo. Mi personal postura es en general adversa a las adaptaciones, aunque hay que reconocer que las hay muy buenas y, por otra parte, algunas obras, aligeradas de elementos no esenciales (aunque esto también podría ser discutible), resultan asequibles a los lectores jóvenes, lo cual no sucedería en el caso de las versiones originales. En ese caso, diría yo, que esperen en los estantes su turno. Si la formación lectora de los jóvenes se orienta bien, llegará el momento para los clásicos que, por otra parte, en general se reeditan permanentemente.

Lo novedoso de esta época, tal vez sea, en relación con los relatos juveniles, su edición en forma de libros ilustrados. Podríamos citar el caso del Cuento de Navidad, de Charles Dickens, ilustrado por Roberto Innocenti, (1990, Barcelona: Lumen-Sudamericana) o la serie Clásicos Juveniles, de El Ateneo, que incluye títulos como Oliver Twist o Aladino y otros cuentos de Las mil y una noches.

Con respecto al caso del título, Uribe y Ferrari Editores ha publicado en 2005 una adaptación de Claire Ubac ilustrada por François Roca. Esta circunstancia, si bien no se aclara en la tapa, aparece mencionada en la falsa portada.

Lo interesante de esta propuesta es que de la historia de Stevenson queda sólo un resumen y es evidente que hay que remitirse a la obra original para conocerla realmente. En efecto, de ella sólo aparece lo que puede imaginar un personaje femenino ajeno al relato del autor escocés. Ella encuentra en un cofre abandonado en la playa, un ejemplar de la novela completamente corroído por el moho, las ratas y el tiempo, del cual apenas se han salvado las ilustraciones. Por las noches, junto al fuego, en una habitación del faro que cuida, cuando observa las láminas, se le aparecen los personajes quienes, por turno, le van contando, en forma resumida, su historia. El final, un poco abrupto, parece dejar ex profeso una serie de cabos sueltos.

De este modo, la propuesta, que atrae al lector por su acabada edición y por una ilustración magnífica de carácter pictórico, le hace sentir la necesidad de conocer mejor a estos personajes, sus historias y el final, sólo sugerido.

Este volumen, por el juego complementario entre el texto verbal y las imágenes para desarrollar el relato, y por la clara referencia a La Isla del Tesoro auténtica, así como por su tamaño y tipo de edición, se constituye en un verdadero álbum metaficcional.

A pesar de lo dicho sobre las adaptaciones, me parece que es interesante incorporar este libro a una biblioteca de iniciación lectora destinada a niños y jóvenes.


(1) Ver Soriano, Marc (1995) La literatura para niños y jóvenes. Guía de exploración de sus grandes temas. Buenos Aires: Colihue, especialmente el artículo ADAPTACIÓN Y DIVULGACIÓN. Información y desinformación.