jueves, 6 de mayo de 2010

UN PROYECTO DE LECTURA CALLEJERA

Angelina Baldengo, docente de Comunicación en el Nivel Medio de la Escuela Normal Superior Nº 32 “Gral. San Martín” de la ciudad de Santa Fe, nos cuenta a través de la palabra y la imagen una experiencia de intervención callejera centrada en la lectura literaria, realizada con adolescentes, en la cual la literatura deja el ámbito privado al que está confinada en nuestra sociedad, para invadir el espacio público. Angelina nos introduce de este modo:


Proyecto: Lectura callejera

La lectura en voz alta es un modo de compartir, de acercar la Literatura a los estudiantes con la intención, en última instancia, de que luego lean por su cuenta. La lectura del texto escrito se concibe, en nuestros días, como lectura silenciosa e individual. Pero esto no fue siempre así. Inicialmente, la escritura fue considerada meramente como un registro para fijar aquello que sería comunicado en voz alta. Hay una anécdota de comienzos del siglo XVIII: Ricalmo, abate de un monasterio en Alemania, autor del más completo manual de monología, confesó lo siguiente: “Cuando estoy leyendo directamente del libro y sólo con el pensamiento, como suelo hacerlo, ellos (los diablos) me hacen leer en voz alta palabra por palabra, privándome de la comprensión interior de lo que leo y para que pueda penetrar tanto menos en la fuerza interior de la lectura cuanto más vierto en el lenguaje externo”· (M.Frank “Entre la voz y el silencio”) El semiólogo francés Roland Barthes en un articulo llamado “Escribir la lectura” pregunta “¿Nunca os ha sucedido, leyendo un libro, que os habéis ido parando continuamente a lo largo de la lectura, y no por desinterés, sino al contrario, a causa de una gran afluencia de ideas, de excitaciones, de asociaciones? En una palabra, ¿no os ha pasado eso de leer levantando la cabeza?” (Barthes “El susurro del lenguaje”) y propone que, en esa lectura, el lector escribe un nuevo texto, el texto de sus asociaciones que nunca son locas o disparatadas sino que siempre, por lejanas que parezcan al texto, vienen de él y van hacia él, porque todos los lectores estamos inmersos en la trama milenaria de la narración y , desde sus reglas, leemos. La lectura en voz alta: alguien que lee a los demás no es sólo un facilitador en tanto el lector aporta su interpretación al texto, tiene el valor de remitir a otras escenas, en las que el relato fue un regalo. De esas escenas y de su valor cultural dan cuenta las imágenes que siguen. (copiar y pegar este enlace en el navegador para ver la presentación:

http://docs.google.com/present/edit?id=0AVdzXNL1qDkvZDhrNXY3NV8yNmhocDNrcWN6&hl=en )

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